El ITAM es una institución de educación superior, privada, laica y sin fines de lucro. Tiene como misión contribuir a la formación integral de la persona y al desarrollo de una sociedad más libre, más justa y más próspera. Para realizar sus funciones de investigación, docencia y extensión, el ITAM se propone alcanzar los más altos niveles de excelencia académica, dentro de la pluralidad de ideas y el respeto de las diferencias étnicas, culturales y religiosas.
Misión
El ITAM se propone contribuir a la formación integral de la persona y al desarrollo de una sociedad más libre, más justa y más próspera. Aspira a convertirse en una comunidad en su más pleno significado, una casa de estudios de excelencia y libertad académica y un centro autónomo de investigación de alta calidad.
Objetivos
Nuestro Instituto tiene como propósito formar hombres y mujeres capaces de actuar de manera informada, racional, responsable, crítica y comprometida con la creación, la dirección y la orientación de la opinión pública, de las instituciones y de las obras; también busca que sean capaces de crear y de difundir conocimientos del más alto nivel ético, científico, tecnológico y profesional, que permitan a la sociedad tomar conciencia de su problemática y que contribuyan a su comprensión y solución.
El ITAM intenta alcanzar estos objetivos por medio de las funciones de docencia, investigación y desarrollo de acuerdo con su misión y con su naturaleza universitaria, apoyándose en las pautas de excelencia de su propia organización. En cada una de estas funciones, consolida sus logros institucionales, aprovecha y desarrolla sus ventajas comparativas.
Filosofía Educativa
El ITAM se inspira en un concepto que entiende al ser humano como ser libre, como ser social comprometido con la elevación y el progreso humano y como ser llamado por vocación esencial a buscar la verdad y el bien.
Toda educación, por lo tanto, debe tender a mejorar al ser humano mediante el enriquecimiento de sus mejores valores, la integración de su persona, la formación de su conciencia y el acrecentamiento de su capacidad de servicio. Asimismo, reconoce la obligación que adquiere en el desarrollo de la comunidad en la que actúa, asumiendo su lealtad, a sus valores y a sus tradiciones, entendidos como patrimonio colectivo.