La gesticulación con las manos es una de las primeras señales de comunicación de los bebés. Sin embargo, no todos los niños son capaces de realizar gestos con las manos a edades muy tempranas.
Un estudio reciente publicado en la revista Child Development revela que la producción temprana de gestos de ritmo con las manos en bebés de entre 14 y 58 meses de edad, predice mejores resultados en cuanto a sus habilidades narrativas orales a partir de los cinco años.
Los autores de este estudio, miembros del grupo de investigación Prosodic Studies, junto con investigadores de las universidades de Chicago y de Iowa han analizado el valor predictivo de los gestos de ritmo en comparación con los gestos de volteo de las manos y los gestos icónicos.
Los gestos manuales y el habla temprana a los 5 años
A través de una metodología longitudinal, el estudio analiza datos en diferentes puntos del desarrollo de los niños, el habla y la producción de tres tipos de gestos de 45 niños de entre 14 y 58 meses mientras interactuaban con sus cuidadores a la hora de comer o durante las sesiones de juego.
Posteriormente, y una vez que habían cumplido los cinco años de edad, los niños participaron en una tarea narrativa en la que debían contar una historia a partir de una caricatura sin sonido.
Las pruebas realizadas llevaron a los investigadores a determinar que los gestos manuales juegan un papel pragmático muy importante en el habla temprana de los menores, especialmente a partir de los cinco años.
Según estos investigadores, las funciones pragmáticas de los gestos de ritmo están relacionadas con la función de estructurar el discurso narrativo a medida que los niños aprenden a hablar.
Tal y como sugieren los autores del estudio, las funciones pragmáticas de los gestos de ritmo en los discursos narrativos tempranos de los niños pueden ser muy importantes para el desarrollo de su discurso inicial, así como para el desarrollo de sus habilidades narrativas orales a una edad posterior.