Las Navidades se acercan y tanto Papá Noel como los Reyes Magos se afanan en conseguir el regalo perfecto para cada uno de los niños, teniendo en cuenta que el juego tiene un papel incuestionable en desarrollo afectivo, motor, cognitivo y social de los más pequeños. Lo que puede parecer una tarea casi imposible, resulta más sencillo si se tienen en cuenta algunos de estos consejos
Por edades
Es importante tener en cuenta la personalidad y edad. Para elegir el juguete perfecto hay que tener en cuenta cuántos años tiene el niño y cuáles son sus gustos y preferencias.
Para el primer año de vida los juguetes más beneficiosos para el pequeño, según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, son los que estimulan el movimiento y son agradables para el tacto y la vista. Entre uno y tres años el entorno familiar es fundamental, por lo que resultan convenientes los juegos de mesa sencillos. Entre los seis y los diez años el interés se centra en las nuevas tecnologías y el deporte, pero también pueden resultar muy atractivos los juegos relacionados con manualidades o los de estrategia.
Mejor pocos que muchos: el exceso de juguetes hace que se pierda interés por el conjunto.
Los más creativos, más divertidos: los juguetes que realizan todo por sí mismos son más aburridos que los que plantean retos a los más pequeños.
Juegos para todos: si el juego gusta a más miembros de la familia, habrá más posibilidades de jugar todos juntos.
Juegos caseros: para los más pequeños puede ser más divertido crear sus propios juguetes que tener a su disposición los más caros del mercado.
Juguetes seguros
Máxima seguridad: las piezas del juguete tienen que ser de mayor tamaño cuanto más pequeño sea el niño.
Resistentes y homologados: una de las características básicas de cualquier juguete es la resistencia, pero además hay que asegurarse de que el juguete esté homologado y cumpla la normativa europea.
Reflexión previa: antes de comprar el juguete hay que plantearse si realmente el niño jugará con él o cuáles eran los juguetes favoritos a su edad.
El juego, más importante que el juguete: el mejor regalo es recibir la atención y el afecto de los padres, si bien estos deben facilitar también el juego autónomo del pequeño.