Algunos adultos tienen más facilidad que otros para aprender una segunda lengua, pero ¿de qué depende que se avance más o menos rápido en este aprendizaje? Científicos de la Universidad de Washington han descubierto que los patrones de actividad cerebral, tomando como medida cinco minutos en estado de reposo, permiten predecir el ritmo al que se aprende un segundo idioma.
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Esta investigación, publicado en la revista Brain and Language, señala que el patrón cerebral de una persona puede predecir un 60% de variabilidad en su capacidad de aprendizaje de una segunda lengua.
Para llegar a esta conclusión, se llevó a cabo un experimento, conducido por la principal autora de este estudio, Chantel Prat, docente-investigadora en el Institute for Learning & Brain Sciences y profesora adjunta de Psicología en la Universidad de Washington.
Este experimento reveló que la persona más rápida aprendió a un ritmo casi dos veces superior a los demás y de forma tan eficiente como los alumnos más lentos.
En este experimento han participado 19 voluntarios de edades comprendidas entre 18 y 31 años que no debían tener conocimientos de francés, ya que su cometido era aprender competencias funcionales de este idioma con 20 clases de formación.
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Al principio del experimento, los investigadores realizaron un electroencefalograma a los participantes con el objetivo de medir sus patrones de actividad cerebral mientras permanecían sentados y con los ojos cerrados durante cinco minutos. Finalmente, se pudo comprobar la vinculación estrecha de patrones relacionados con los procesos del lenguaje con el ritmo de aprendizaje.
Durante ocho semanas, los participantes fueron dos veces a la semana al laboratorio para recibir lecciones de francés de 30 minutos cada una, que eran impartidas a través de un programa informático inmersivo de realidad virtual, denominado “Sistema de formación cultural y lenguaje funcional” (sus siglas en inglés, OLCTS).
Con este programa, desarrollado por la oficina de investigación naval de Estados Unidos, el usuario avanza a su ritmo mientras esta herramienta le va guiando a través de una serie de escenas e historias para ayudarle a aprender francés. En todo momento, un componente de reconocimiento de voz le permite comprobar su pronunciación.
Vídeo demostración del programa virtual de formación de idiomas
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Para saber la rapidez con la que avanzaba cada participante en el programa de formación, después de cada lección se debía superar una prueba con una nota mínima para pasar a la siguiente. Cuando transcurrieron las ocho semanas hicieron un examen final para evaluar la asimilación de todo el contenido impartido.
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Aprender idiomas rápido, más que una predisposición biológica
Sin embargo, no tener esta predisposición biológica, ya fijada en tu cerebro,no significa que haya que dejar de esforzarse por aprender un nuevo idioma, porque hay otras variables que influyen como la motivación.
Además, también es posible cambiar la actividad cerebral en estado de reposo usando un entrenamiento de neurorretroalimentación, el cual permite “fortalecer” los patrones de actividad cerebral relacionados con la mejora de las capacidades cognitivas.
El objetivo final de esta investigación es usar estos resultados en combinación con tecnologías tales como el entrenamiento neuroretroalimentación para ayudar a que todos den lo mejor de sí mismos y aprendan de la mejor forma posible.
Más información:
Resting-state qEEG predicts rate of second language learning in adults