Hoy, 21 de febrero, el mundo celebra el Día Internacional de la Lengua Materna, una jornada en la que la UNESCO reivindica el desarrollo sostenible a través de la educación en la primera lengua o lengua materna, promoviendo también la educación plurilingüe para la ciudadanía global.
El Día Internacional de la Lengua Materna fue proclamado por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en noviembre del año 1999, con el objetivo de promover la diversidad lingüística y cultural en cualquier lugar del mundo.
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Por ello, y para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible contenidos en la agenda 2030, la UNESCO reconoce que la difusión de las lenguas resulta vital en todos los contextos, incluyendo también a los entornos digitales y el mundo de internet.
La consideración de una lengua materna puede darse por diversas causas, bien por ser la lengua nativa, por ser la lengua que habla la madre, por ser la lengua mejor conocida, o también por ser aquella lengua que se ha adquirido de forma natural.
Sin embargo, y aunque la primera lengua que aprendemos en la infancia reciba la denominación de lengua materna, un estudio reciente publicado en Child Development, revela que la mayoría de las palabras que aprenden los niños a partir de los tres años no provienen de su madre, sino de otros niños y, sobre todo, de los hermanos y hermanas.
Actualmente, son muchos los grupos lingüísticos que expresan abiertamente la necesidad de garantizar que los jóvenes y niños aprendan y estudien en su lengua materna. De hecho, algunos gobiernos como el de Filipinas ha aprobado políticas específicas de idioma en la educación.
Y es que, según revelen los expertos, los niños aprenden mejor cuando lo hacen en su lengua materna, porque se ha demostrado que el aprendizaje en la lengua materna diversas tiene ventajas, especialmente en la reducción de tasas de abandono escolar.
Aunque el uso de la lengua materna en la enseñanza también mejora las posibilidades de que los padres puedan comunicarse con los maestros de sus hijos, y en el caso de los niños multilingües que aprenden en su lengua materna, éstos tienden a desarrollar mejores habilidades de pensamiento en comparación con los niños monolingües.
Además de todo esto, una investigación realizada en la Universidad de McGill en el año 2014 evidenció que la lengua materna nunca se olvida, pues permanece en el cerebro de las personas aunque no se utilice ni se tenga contacto directo ella en muchos años.
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